Las estufas de gas son una excelente opción si lo que buscas es un aparato que caliente tu hogar de forma rápida y económica.
Genera calor mediante la combustión de gas butano, garantizando una óptima climatización mucho más veloz que en otros artefactos similares.
Además, dentro de los gases no canalizados, este tipo de gas es de los más baratos, razón que explica sus precios económicos.
El consumo que genera esta estufa de gas ronda entre los 140 y 300 gramos por hora, por lo que con una bombona podrás climatizar el hogar durante días.
¿Qué tipos de estufa de gas existen?
Estufa de gas butano catalítica
Estas estufas no funcionan mediante fuego directo sino que emite calor de forma indirecta a través un panel catalítico.
Uno de los principales beneficios de estos aparatos es que el riesgo de quemaduras es muy bajo, lo que nos da mucha seguridad.
En lo que respecta a su funcionamiento, simplemente debemos encenderla mediante el pulsador, componente con el cual regulamos su temperatura.
Estufa de gas butano con llama azul
Estas estufas funcionan por convección, por lo que la ignición del gas se lleva a cabo mediante temperaturas altas.
Esto significa que consume una menor cantidad de combustible y, en consecuencia, logra una emisión de calor mucho mayor. En otras palabras, calienta más el hogar que otros aparatos de estas características.
Otra de sus principales cualidades es que proporciona una climatización equilibrada en el ambiente en donde la coloques.
En este sentido, estas estufas de gas pueden llegar a calentar habitaciones de hasta 35 metros cuadrados.
Estufas de gas butano con imitación leña
Uno de los modelos más populares en los últimos años porque aportan gran elegancia a cualquier ambiente hogareño porque simula la apariencia de una chimenea de leña tradicional.
La potencia de estas estufas puede llegar hasta los 350 w, razón por la cual es eficaz para el calentamiento de la casa.
Limpieza y mantenimiento de estufas de gas
Independientemente del modelo que elijas, debes saber que la limpieza es fundamental para garantizar el máximo rendimiento.
Limpiar el exterior no tiene nada de novedoso, simplemente coges un trapo húmedo cuando la estufa esté fría y ya.
En lo que respecta al interior, es necesario sacar la parrilla y los quemadores y dejarlos en remojo -en agua con detergente o vinagre- durante media hora. Mientras, con un cepillo limpiamos los restos de hollín.
Una vez pasado el tiempo, colocamos todo de nuevo y listo, nuestra estufa de gas funcionará como nueva. Este procedimiento lo puedes realizar una vez al año, preferentemente después del invierno.
Por último, es aconsejable que durante el verano tapemos el artefacto, con una bolsa de plástico o algo similar, para evitar que se incrusten partículas de polvo.