Los radiadores infrarrojos son uno de los tipos de calefacción más utilizados en el interior de la vivienda de los españoles.
Para que el equipo pueda ser eficiente para calentar un ambiente, debe contar con una potencia adecuada en función del espacio que se busca climatizar.
Es una tecnología de calefacción extremadamente eficaz, que presenta una serie de beneficios muy importante para el hogar.
¿Qué es la calefacción por infrarrojo?
Por supuesto que para conocer cómo funcionan estos radiadores, lo primero que hay que entender es la calefacción por infrarrojos.
Para no ser demasiado técnicos, diremos que es una tecnología mediante la cual se transmiten radiaciones de ondas que se encuentran a la izquierda de la luz visible.
Por esta razón, la calefacción por infrarrojo es un tipo de radiación electromagnética y térmica que calienta, de forma indirecta, objetos sólidos (paredes, suelos, muebles e incluso a nosotros).
Los radiadores son dispositivos que se encargan de absorber y distribuir el calor obtenido a través de este procedimiento para elevar la temperatura de los ambientes en los que está colocado.
¿Cómo funciona un radiador de calefacción?
En la mayoría de los casos, los radiadores infrarrojos intercambian calor mediante el sistema de convección.
Este proceso, independientemente del tipo de aparato que compremos, se produce a través de un fluido que eleva la temperatura de los ambientes hogareños.
En consecuencia, la función del radiador es la de disipar y expandir el calor que se genera en el techo, suelo y muebles.
Tipos de radiadores
En la actualidad, encontramos tres tipos de radiadores para las diferentes calefacciones: agua, aire y eléctrico.
Radiadores de agua
Son los radiadores más clásicos para climatizar el hogar y eran los más utilizados antes de que aparecieran los eléctricos.
Estos aparatos van conectados a una caldera, desde donde emiten calor una vez que el agua se ha calentado y circula por las tuberías.
El principal inconveniente de estos radiadores es que precisan de una instalación algo compleja, de acero inoxidable, aluminio o hierro fundido.
Entre sus principales ventajas, los radiadores de agua no necesitan de salidas de humo y calientan el ambiente rápidamente.
Radiadores eléctricos
Son los más fáciles de instalar porque no precisan instalarse en una caldera, sino que en su funcionamiento se utiliza energía eléctrica.
La principal ventaja de estos radiadores es que emiten un calor radiante y directo, que no genera humos ni olores nocivos.
Radiadores de aceite
Estos radiadores de calefacción infrarroja son portátiles, lo que hace que sean realmente muy prácticos.
Lo único que tenemos que hacer es conectar el aparato a una red eléctrica, sin necesidad de llevar a cabo ninguna obra en nuestra casa.
¿Cuáles son los beneficios de los radiadores infrarrojos?
Al margen de las particularidades de cada uno de los radiadores infrarrojos, estos aparatos nos aportan varios beneficios que vale la pena repasar.
En primer lugar, todos estos sistemas de calefacción son seguros porque no emplean ningún tipo de combustible, por lo cual son 0 riesgosos.
Además, la tecnología infrarroja es altamente eficiente para climatizar cualquier ambiente en donde se ponga en marcha, sin importar sus características.
Por último, las instalaciones son realmente muy económicas, ni tampoco se necesita de un mantenimiento importante.